La domótica nace a finales de los años 70; en su
primer presentación fue utilizando el protocolo X10, el cual consiste en
transmitir datos o audio a través del sistema eléctrico, sistema que aún hoy en
día es utilizado por algunas de las compañías que ofrecen soluciones domóticas.
La domótica fue evolucionando y en las siguientes
décadas empezaron a surgir protocolos de comunicación como MODBUS y las
instalaciones empezaron a adquirir una estructura tecnológica dedicada. Su gran
desventaja era que su uso implicaba adquirir equipos diseñados para la
industria para ser aplicados en las viviendas, lo que se traducía en un gran
problema de masificación, ya que los costos de adquisición eran muy elevados,
sumados a la adecuación de la estructura de la vivienda.
Posteriormente aparece el protocolo de comunicación Zigbee,
el cual da luz a generar desarrollos de domótica con tecnología inalámbrica; aunque
fue funcional, los costos no fueron favorables para la masificación de la
domótica, pues a pesar de contar con dispositivos inalámbricos, pero que
cuentan con limitantes de alcance, cantidades disponibles y dependencia de
otros dispositivos para poder funcionar.
Con la llegada del internet masificado y posicionándose en la escala de las necesidades
humanas, la domótica toma un nuevo aire
y se pensaba que el momento en el cual la interfaz de control de usuario podría
ser más práctica, había llegado. Esto, en una suposición de funcionamiento sería
perfecta para un producto nuevo, pero las grandes empresas de la industria en
la actualidad aún utilizan el protocolo X10 y se enfocan en tener dispositivos
dependientes de centrales, que deben contar con un espacio dispendioso y que en
última no favorece, ni la adquisición de los productos por una masa
representativa, ni mucho menos el uso de los dispositivos por parte de los
pocos demandantes. Por esta razón, las empresas intentaron desarrollar híbridos
entre los sistemas tradicionales y los sistemas alámbricos, provocando una migración minúscula al protocolo Zigbee
con un sistema que se comunica a través de internet para generar una mejor
experiencia y brindar aún más confort a los usuarios, aún estando fuera de sus
viviendas. No obstante, este intento de tener el mejor punto de masificación de
la domótica ha sido fallido, partiendo del hecho que la mayoría de las personas
desconoce el término domótica, y cualquier consumidor no tiene una marca
presente.
En este momento, la oportunidad que brinda el
desarrollo de tecnologías como 5G que garantizará la conexión con gran ancho de
banda, permitirá tener un mayor y mejor cubrimiento de internet móvil, lo que
se traduce en un crecimiento exponencial de los usuarios que tendrán en su
bolsillo un control para domótica potente. Partiendo de eso y sumado al
movimiento generado por las industrias y las grandes comunidades llamado el
Internet de las Cosas (IoT), la domótica busca robustecerse de la mano del
internet, para estar presente en la mayor parte de los dispositivos
electrónicos, buscando una hiperconectividad que haga más productivo el diario
vivir.
Esta masa que está generando un desarrollo y un
avance tecnológico de gran magnitud, se espera que al 2020 sea la mayor
generadora de activos a nivel mundial, y si esto se refleja en el crecimiento
del PIB mundial, la nueva era será del control, debido a que actualmente
vivimos la era de la información, en la cual quien tiene los datos tiene el
poder; un ejemplo claro es el hecho de que las empresas más valorizadas del
mundo sean Google, Apple, T&T Mobile, Microsoft, Facebook, entre
otras. Se espera que en la siguiente era
el poder lo tendrá quien administre mejor la información, mediante el uso de
tecnologías como las propuestas por el interdisciplinario internet de las
cosas, con el cual no solo podremos saber que algo está ocurriendo, sino
también podremos estar tranquilos de que un sistema de precisión estará tomando
la decisión más adecuada en cuestión de milésimas de segundo, lo cual
representa una ganancia en tiempo y en millones de dólares para las grandes
industrias. El surgimiento de nuevas tecnologías como el grafeno, harán que el
concepto de usabilidad, portabilidad y funcionamiento sean totalmente distintas
a lo que conocemos. Igualmente, la
hiperconectividad que ofrece el internet de las cosas, nos permitirá saber todo
lo que ocurre dentro de nuestra vivienda y fuera de la misma, con sistemas que
a pesar de parecer como un simple botón, esconden la maquinaria más compleja y
robusta que pueda tener la industria; es la mezcla perfecta entre ciencia y
humanidad, que traerá consigo el pontencializador de la realidad aumentada y la
inteligencia artificial. La magnitud del internet de las cosas es aún más
grande y más necesaria que la misma aparición de los computadores y los
principios del internet.
Julian Dario Luna Patiño
JudLup!
Domoteco S.A.S